Con el paso del tiempo, las historias más maravillosas que terminaron como todas, vienen a nosotros de la mano de los detalles más insignificantes, y sientes que te llevan hacia aquellos rincones de la ciudad que sabes que nunca más los vas a volver a visitar por miedo, miedo a recordar algo que viviste, suele ser una canción, una foto o una puta fecha en el calendario los que me despiertan las ganas de darle hacia atrás a este reloj que no tiene freno. Porque cuando crees que es el fin vas y vuelves otra vez.
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