Siempre empieza como una montaña rusa. Al principio es suave, se
disfruta, hay emoción y nervios, expectativas por saber qué viene y
cuándo va a llegar la caída, el vacío. Pero a veces nos equivocamos al pensar que todas las montañas rusas son
iguales. Nos tragamos el cuento y nos auto-convencemos de que cuando las
cosas empiezan con un cuento ‘ relajado y sin compromiso ‘,
efectivamente se mantendrá así, y obvio que eso muy pocas veces pasa. No
nos damos cuenta en qué momento nos terminamos enamorando y metiéndonos
en una relación que nunca siquiera imaginamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario