sábado, 30 de junio de 2012

soy yo y nadie me puede parar;

Me gusta despertarme tarde, me encanta esa sensación cuando las sábanas se me quedan pegadas y no quiero que cambie nunca. Me encanta quedarme con el pijama puesto todo el día, desayunar muy tarde e incluso intercalar el desayuno con las horas de comida. Me encanta pintarle de colores cada mañana a todo aquel que tenga a mi alrededor. A veces no puedo parar quieta y otras veces sin embargo no podría levantar cabeza. Son días y son rachas. Me suelo reir muy a menudo, pienso que la sonrisa es lo que te hace más fuerte y tampoco creo que vaya mal encaminada. A veces me van las cosas sin sentido, pero suelo estar ahí cuando me dicen "ainara para". No me gusta nada que me mientan o que me oculten cosas , pero sé que me han mentido y he mentido, y supongo que más de lo mismo con lo otro. Han jugado conmigo, tanto que he llegado a sufrir por una tontería o por una decepción, pero aquí sigo. A veces perdono, y me suelo hacer la loca, pero me suelo acordar de todo lo que he vivido. Odio los fracasos, odio caerme, odio levantarme cada mañana , pero con el tiempo sigo rutina. Vivo al límite cada instante, porque estamos aquí para eso, para disfrutar sin medida, para vivir historias. Voy construyendo mi vida a base de pequeños cachitos, y hasta el momento no me quejo. Soy de esas a las que no le gusta llegar tarde a los sitios, pero no se le da muy bien eso de salir pronto de casa. Soy un tópico de la rutina, pero es mi rutina y por eso la hace ser especial. Por eso sé de sobra quien me quiere y quien me jode.

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